Monday, January 23, 2012

Entendiendo el infinito

Sin tener muchas lecturas en mi haber sobre lo que muchos filósofos, religiosos, físicos y matemáticos han escrito sobre el concepto de infinito, sí recuerdo que la conclusión dominante es que la mente humana no tiene la capacidad de entenderlo completamente.

Hace ya muchos meses escuchaba por la radio un programa en el cual se discutían las distintas teorías sobre el origen y la composición del universo. Una de las teorías, es que el universo es infinito.  A primeras de cambio eso sonó razonable y "entendible".  Las implicaciones de esto, sin embargo, se me antojaron más fibrosas para digerir:  

Bajo la teoría de un universo infinito, tiene que existir vida en otros planetas...  Eso está clarísimo, nadie me lo tiene que justificar.
Bajo la teoría de un universo infinito, existe vida inteligente en otros planetas...  Pues también me parece razonable, aunque crea un poco de conflicto con el tema religioso.
Bajo la teoría de un universo infinito, existe vida inteligente idéntica a nosotros los seres humanos... Pues eso ya suena como ciencia ficción.
Bajo la teoría de un universo infinito, existe un alberto martínez que es presidente de rusia, otro que es presidente de españa, venezuela o cualquier otro país que se antoje, o incluso uno (o muchos) en el que todos los presidentes se llaman así... eso sí ya es la mejor versión de "dimensión desconocida".  Es decir, en el infinito no hay lugar para la posibilidad sino para la certeza, no hay lugar para la imaginación porque todo existe.
¿Suena imposible verdad?... por eso lo llaman infinito.

Semanas seguidas de escuchar ejemplos como el anterior, conversaba con unos buenos amigos sobre asuntos de fe, religión y política.  No se asombren o asusten, particularmente hablábamos sobre cómo mucha gente utiliza la fe y "su" versión de religión como arma política o para influenciar a otros.  Traigo esto a punto sencillamente porque recuerdo haber dicho una frase que, aunque espetada con total convencimiento, al desprenderse se llevaba algo más, como el aguijón de la abeja se lleva parte de sus intestinos:  "Yo creo que Dios tiene cosas más importantes que hacer que fijarse en nuestras peticiones", dije en aquella ocasión.  Mi intención no fue otra que enmarcar mi creencia de que el poder de Dios es tan enorme, que aquello que nosotros podamos desear y pedirle es sumamente insignificante, sobretodo porque existen otros seis (¿o eran siete?) billones más de personas que le pedimos cosas a diario, aunque lo llamemos con otro nombre.  En fin, algo me decía que algún "detalle" había olvidado en ese momento.

No había pasado mucho tiempo cuando lo entendí mejor... el amor de Dios es eterno, así como su poder.  Así como eterno es igual que infinito, significa que sí es posible que Dios siempre escuche, que cualquier posibilidad se transforme en certeza y el final que imaginamos sí existirá.  ¿Difícil de creer? Pues tanto como lo es entender el infinito.  Se nos hace más fácil creer que Dios tuvo algo que ver con la creación del universo pero nos parece muy difícil creer que nos escucha.

Desde que lo entiendo así, no me dedico a orar con más intensidad pero sí con más frecuencia.  Dios infinito siempre tiene tiempo para mi cuando yo lo tengo para él.  Para los menos creyentes, no se preocupen, al igual que sobre el origen y composición del universo, la mía es solo una teoría, mi fe.

Sinceramente,
alberto juan.