Thursday, May 23, 2013

Me regalaste la lluvia, me regalaste abril


Entrando el mes de abril, me propuse escribir algo para conmemorar lo que sería tu cumpleaños número treinta y siete.  Por una u otra causa nunca encontré el tiempo o el estado de ánimo para comenzar, sin embargo sabía que al momento de hacerlo haría referencia a lo mucho que te gustaba la lluvia.

La verdad hoy día no recuerdo exactamente si te gustaban las lluvias cortas e intensas, o finas y fastidiosas, o si lo que te apetecía era la frescura del clima que precedía a la lluvia.  La verdad es que ni siquiera me interesa saberlo porque lo importante es que en mi recuerdo a ti, simplemente, te gusta la lluvia.  Y parece banal o fútil este recuerdo, pero no lo es para nada y te explico...

A todos siempre la lluvia nos ha entorpecido algún día en el que teníamos planeado un juego de pelota, llegar rápido a destino, trabajar en el jardín, hacer una parrilla, secarnos el pelo, etc., todo por esa necesidad de hacer lo que habíamos planificado y dejar poco espacio para lo imprevisto (i.e. un día de lluvia).  Pues bien, el pasado mes de abril acá en Calgary, además de frío, hubo más lluvia de lo normal, y así mientras escuchaba a la gente quejarse, la lluvia me traía tu recuerdo y me olvidaba de cualquier inconveniente causado por ésta.  Por allá por abril, la lluvia me regalaba tu recuerdo.

Hoy te escribo en un día del mes de mayo.  Por mucho tiempo dejó de llover en esta región, hasta el punto de que los servicios forestales han decretado ciertas alertas de fuego por falta de humedad.  Hoy jueves no fui a mi trabajo por distintas razones y decidí sentarme a escribirte estas líneas que te debía, que me debía.  Hoy llueve, no a cántaros, tampoco muy débil, y pocas veces he disfrutado tanto escribirte algo mientras veo a través de mi ventana.



Monday, February 4, 2013

A un año de tu adiós


Querida Leti.  Querida madre, esposa, hija, hermana, y sobre todo amiga.  En estos días se cumple el primer año desde aquel día que nos dijiste adiós.

De más está decirte que a todos nos ha costado enormemente ajustarnos a tu ausencia.  Sobre todo a aquellos que estando más cerca de ti, podían disfrutar de tus sonrisas, tus conversaciones, tus ocurrencias, y tus caricias.  De parte de todos, quisiera empezar por darte las gracias por habernos permitido disfrutar, compartir contigo, el tiempo que estuvimos juntos.

Podría utilizar estos párrafos para comentar sobre aquellas cosas, detalles, que hicieron de ti una hermosísima persona, y que hoy y siempre seguiremos añorando, pero sería imposible hacer justicia en tan poco espacio, además de que no pretendo saberlo todo.  Prefiero dejarlo a la memoria y a los corazones de todos nosotros, tus familiares y amigos.  Todos tenemos recuerdos muy lindos que llevamos en el corazón y que nos hacen vivir o esperar ansiosos por momentos para compartirlos con tus hijos Ariadna, Salma y Lorenzo.  ¡Sí, tal y como tú nos lo hubieras pedido!  Compartimos y compartiremos con ellos nuestras aventuras de infancia, de colegio, de universidad, de España, de Argentina, ese país tan lindo donde tú y Leandro finalmente decidieron echar raíces junto a ese hermosísimo grupo de amigos, de hermanos.  Ciertamente te aseguro que todos y cada uno de nosotros espera ansioso cada oportunidad para retribuir hacia tus hijos todo el amor y el afecto que esparciste entre nosotros.

Quiero también utilizar estas líneas para pedirte que no te preocupes por las lágrimas que en ocasiones brotan de nuestros ojos al recordarte:  Simplemente te extrañamos mucho.  Tampoco te preocupes demasiado por tus nenes:  Leandro está haciendo un esfuerzo tremendo para sacarlos adelante con los mismos valores que ambos siempre quisieron inculcarles, y para eso ha estado contando con la ayuda de todos.  Todos tenemos claro que para ayudar a tus hijos, lo primero es apoyar a Leandro.

La vida quiso que tu tiempo con nosotros fuera corto, es cierto, pero quienes te conocimos bien sabemos de tu intensidad, de tus viajes, de tus logros, etc., en fin suficiente material con el cual asegurarnos que tus hijos crezcan orgullosos de su mamá.  Hay quien llega a los cien años sin vivir la mitad de tus experiencias ni repartiendo tanto cariño.  

Siempre vivirás en nuestros corazones como una rosa que alguien sacó del rosal más hermoso y que nunca se marchitará.  Nosotros esperamos poder envejecer para ver a tus hijos crecer en hombre y mujeres de bien, mientras tú permanecerás intocada por los años en nuestros corazones.  Y así, porque tenemos fe, algún día todos hemos de encontrarnos de nuevo y celebrar que el plan de Dios se ha ido cumpliendo.

Tu hermano en nombre de todos tus familiares y amigos.

Tuesday, March 6, 2012

No lo sé. Confío verlo.

¿Qué es lo más justo entonces?
¿Cuál es la razón para preguntarnos el “por qué” de ciertos sucesos?
¿No es acaso lo mismo sentirse conocedor de la justicia, a sentirse conocedor de la verdad?
¿Es lo más justo vivir en plena felicidad y no conocer la tragedia?
¿O es justo ser igual de afortunado que de desdichado?
No lo sé yo tampoco. 

¿Quién dice que por recibir un knockdown se acaba la pelea?
¿Quién dice que con una muerte se acaba una vida?
¿Quién dice que se llegó al final del libro?
¿Por qué nos gusta tanto poner el punto y final?
No lo sé yo tampoco.

No seamos tan ágiles para pedir explicaciones ni tan definitivos para llamar un punto y final.  Así como la energía se transforma sin perderse, igualmente la vida se reparte entre los que quedan.  ¡El porvenir es bueno!  Pidamos por la virtud de la paciencia, pidamos por la virtud de la sabiduría.  Con esfuerzo y paciencia llegaremos a ver los frutos, con esfuerzo y sabiduría llegaremos a reconocerlos.

Tengamos fe soportada en la creencia de que quedan otros rounds, más vida, otros capítulos de la historia, y otros puntos y seguido.  Decidamos tener fe.  Elijamos ser tanto protagonistas como testigos de historias que hoy parecen acabadas porque un día decidimos que se acabó el libro. 

Tener fe es la decisión más humana que existe, es decidir que el plan de Dios es continuo y que la Gloria existe al final, incluso después de soportar una cruz.  

Sin pedir explicaciones, sin pensar que es el final, pidamos protagonismo en el capítulo que sigue, rumbo a un final feliz.  Con ánimo porque el camino es largo y habrá más tempestades en el camino, pero con la esperanza de que vamos acompañados, de que somos muchos ayudándonos mutuamente, y porque cuando menos lo esperamos una luz nos corrige el camino.

¿Cuál es ese final feliz? No lo sé, pero confío verlo.

Sinceramente,
Alberto juan.

Sunday, February 19, 2012

Muchas gracias y muchas gracias por tu compromiso.

Volando de regreso a casa después de visitar a familiares y amigos, reunidos a causa de la despedida de este mundo de Leticia, reflexiono sobre lo que serán las semanas, meses y años por venir.
Así como a Leti le encantaba reunir a muchas personas, igual nos reunió para darle la despedida.  Y reunidos buscamos y encontramos algo y mucho de consuelo, de esperanza.  Y así todos nos comprometimos a poner un poco más de atención a sus hijos y a sus padres.
Tengo fe que así será.  Leti siempre mostró aprecio por cada uno de las personas que tuvo cerca y aunque no logró despedirse de muchos de nosotros, creo que el único compromiso que nos pide es que la ayudemos en los siguientes propósitos:  Recordarles a sus hijos el amor que les tiene, que siempre crecerá con ellos, y ayudarlos a cumplir sus propios sueños.  
Tengamos la certeza de que todos tendremos, más tarde o más temprano, la oportunidad (¡oportunidades!) de asumir ese compromiso.  En la misma manera que nuestra relación con Leti era especial, en la misma manera tendrá que ser nuestra contribución con su legado, el de sus hijos.  No esperemos pues a que la oportunidad nos llegue por sorpresa:  Busquemos por cinco o diez minutos dentro de nuestro corazón, qué era eso que nos unía tan especialmente con Leti y hagamos un par de notas mentales (o escritas), para que podamos regresar ahí en un futuro, cuando enfrentemos la sonrisa de sus hijos.  Para algunos serán fotografías de la infancia, para otros serán consejos y sueños compartidos, pero definitivamente todos tendremos un pedacito de historia, sabiduría, un buen consejo, para compartir y honrar nuestro compromiso.
Yo ahora mismo no puedo sino darle las gracias a todos por estar ahí con los niños, o con Leandro, o conmigo y mis padres, tanto a los que pude abrazar como a los que nos levantaron con sus palabras de condolencias, de fuerza y de ánimo.  Por parte de Leti no puedo agradecerles, no ahora, no hasta que veamos a esos niños convertidos en adultos de bien, independientes.  Sólo entonces habremos cumplido con nuestro compromiso y no hará falta que escuchen de mi:  Leti con su sonrisa les agradecerá, permaneciendo siempre en sus corazones. 


Sinceramente,
Alberto juan.

Wednesday, February 8, 2012

Nos quedamos con tu sonrisa

Este es el escrito que siempre temí hacer.
Nos dejaste en cuerpo para pasar al mundo espiritual.  Tu energía y tu alegría ahora viven en el corazón de todos los que tocaste con esa sonrisa tan sincera.
Hay alegría estos días en el cielo porque reciben a una persona llena de paz.
Nos dejaste pronto porque tu alma tenía poco que aprender en este mundo.  Ni siquiera permitió el divino Dios que sufrieras en enfermedad tan penosa.  No obstante te permitió disfrutar en los momentos finales de la compañía de los seres que más te han amado en este mundo y ahora te lloramos y pronto te recordaremos con gran alegría.
Me cuentan que te fuiste transmitiendo paz y tranquilidad. Tu rostro dijo adiós con una sonrisa mientras tu energía regresaba al lado del padre celestial que te creó, que nos creó, pero a ti con especial dedicación.
Razón tienes en haber dejado tu cuerpo en paz hermana.  Tus hijos que son tus tesoros y tu mejor legado nunca caminarán solos por este mundo.  Tú misma te encargaste de enseñarles la lección más valiosa que hay, que fue el ejemplo de tu vida, el de sembrar el amor en cada persona que cruzó tu destino.  Eres madre, esposa, hija, hermana y sobretodo amiga.  Lo fuiste y lo sigues siendo en cada uno de los que te conocimos y tendremos el privilegio de ver crecer a tus hijos, de ayudarlos a cumplir sus sueños.
Discúlpanos por sentir tristeza en estos momentos.  Nos duele porque sabemos lo mucho que te extrañaremos y porque el corazón es obstinado.  Mañana estarás haciendo lo que mejor sabes hacer:  llenar de alegría nuestros corazones.  Nos quedamos con tu sonrisa.

Hasta siempre Leticia Teresa,
Alberto Juan.

Monday, January 23, 2012

Entendiendo el infinito

Sin tener muchas lecturas en mi haber sobre lo que muchos filósofos, religiosos, físicos y matemáticos han escrito sobre el concepto de infinito, sí recuerdo que la conclusión dominante es que la mente humana no tiene la capacidad de entenderlo completamente.

Hace ya muchos meses escuchaba por la radio un programa en el cual se discutían las distintas teorías sobre el origen y la composición del universo. Una de las teorías, es que el universo es infinito.  A primeras de cambio eso sonó razonable y "entendible".  Las implicaciones de esto, sin embargo, se me antojaron más fibrosas para digerir:  

Bajo la teoría de un universo infinito, tiene que existir vida en otros planetas...  Eso está clarísimo, nadie me lo tiene que justificar.
Bajo la teoría de un universo infinito, existe vida inteligente en otros planetas...  Pues también me parece razonable, aunque crea un poco de conflicto con el tema religioso.
Bajo la teoría de un universo infinito, existe vida inteligente idéntica a nosotros los seres humanos... Pues eso ya suena como ciencia ficción.
Bajo la teoría de un universo infinito, existe un alberto martínez que es presidente de rusia, otro que es presidente de españa, venezuela o cualquier otro país que se antoje, o incluso uno (o muchos) en el que todos los presidentes se llaman así... eso sí ya es la mejor versión de "dimensión desconocida".  Es decir, en el infinito no hay lugar para la posibilidad sino para la certeza, no hay lugar para la imaginación porque todo existe.
¿Suena imposible verdad?... por eso lo llaman infinito.

Semanas seguidas de escuchar ejemplos como el anterior, conversaba con unos buenos amigos sobre asuntos de fe, religión y política.  No se asombren o asusten, particularmente hablábamos sobre cómo mucha gente utiliza la fe y "su" versión de religión como arma política o para influenciar a otros.  Traigo esto a punto sencillamente porque recuerdo haber dicho una frase que, aunque espetada con total convencimiento, al desprenderse se llevaba algo más, como el aguijón de la abeja se lleva parte de sus intestinos:  "Yo creo que Dios tiene cosas más importantes que hacer que fijarse en nuestras peticiones", dije en aquella ocasión.  Mi intención no fue otra que enmarcar mi creencia de que el poder de Dios es tan enorme, que aquello que nosotros podamos desear y pedirle es sumamente insignificante, sobretodo porque existen otros seis (¿o eran siete?) billones más de personas que le pedimos cosas a diario, aunque lo llamemos con otro nombre.  En fin, algo me decía que algún "detalle" había olvidado en ese momento.

No había pasado mucho tiempo cuando lo entendí mejor... el amor de Dios es eterno, así como su poder.  Así como eterno es igual que infinito, significa que sí es posible que Dios siempre escuche, que cualquier posibilidad se transforme en certeza y el final que imaginamos sí existirá.  ¿Difícil de creer? Pues tanto como lo es entender el infinito.  Se nos hace más fácil creer que Dios tuvo algo que ver con la creación del universo pero nos parece muy difícil creer que nos escucha.

Desde que lo entiendo así, no me dedico a orar con más intensidad pero sí con más frecuencia.  Dios infinito siempre tiene tiempo para mi cuando yo lo tengo para él.  Para los menos creyentes, no se preocupen, al igual que sobre el origen y composición del universo, la mía es solo una teoría, mi fe.

Sinceramente,
alberto juan.

Tuesday, December 27, 2011

Deposito, retiro y venteo.

No es secreto para nadie, o no debería ser, que los seres humanos intentamos siempre compensar alguna carencia emocional con otros excesos.  Es así como se llega a la intoxicación para olvidar, la soledad para evitar nuevas heridas, y por el lado de los ajustes positivos, la determinación para salir adelante, o el humor para afrontar crudas realidades. Sólo por citar ejemplos.

Es con esta misma dinámica que cuando sentimos estrés o ansiedad, buscamos relajarnos con experiencias más placenteras.  ¿Cierto? Pues me da la impresión que emocionalmente estamos haciendo un par de depósitos con la intención de "balancearlos" internamente.  Por ejemplo, si me siento preocupado o ansioso por "A", mejor voy y hago "B", para sentirme mejor. La pregunta que me hago ahora es, ¿No sería mejor en muchos casos, probablemente siempre en los problemas más serios, hacer retiros emocionales?

Un retiro emocional sería algo así como ventear las preocupaciones, hablar con esos seres bien queridos y apreciados y especiales, para decirles cuan asustados, ansiosos, estamos. 

Recuerdo haber leído, y comprobado muchas veces, que una carga [emocional] compartida pesa la mitad. Pues utilizando el ejemplo de la cuenta bancaria, supongo que compartir las sensaciones que nos debilitan internamente es como pagar una deuda.  Los financistas siempre dicen que la mejor inversión es pagar las deudas de mayor interés.  Pues si la deuda está muy pesada, será mejor compartirla con aquellos que nos quieren ayudar. Acaso será mejor que hacer algunos depósitos, que siempre ayudan, que también se necesitan.

En fin que me parece que no debemos ser globos que a veces inflamos con aire frío y a veces con aire caliente. Corremos el riesgo de explotar un día. Mejor será hacer escapar la presión con frecuencia, abriendo válvulas como "la verdad es que tengo miedo", "quisiera no sentir rabia pero es lo que siento", "necesito tu ayuda, dime cómo puedo arreglar o mejorar esto", "siento que debo disculparme por A pero que me pidas disculpas por B". 

Una última precaución:  Los aires frío y caliente crean gotas de condensación que cuando se ventean juntos pueden formar gotas de lluvia muy parecidas a las lágrimas, que también dan vida y preceden días más claros.

Sinceramente,
Alberto Juan.