Sunday, April 10, 2011

Esto es meritocracia (II)

Como me lo esperaba, recibí comentarios de varios amigos sobre el escrito original.  Y digo que los esperaba porque obviamente el asunto es bastante más complejo que lo que se pueda decir en unos pocos párrafos.  Digo también que los esperaba porque no fue sino hasta hace muy poco que comencé a enviar el link de este blog a unos pocos amigos que sabía que iban a responder con lo que más motiva al escritor, sus comentarios.  A ellos (ustedes) muchas gracias.  Espero seguir recibiendo sus comentarios, sugerencias, preguntas, etc., como ya les recordé... por escrito.
Dentro de la complejidad del caso, existe un asunto sobre el cual sí ofreceré mi opinión por ser la pregunta más común.  Corresponde con clarificar que estos movimientos en el mercado de trabajo deben estar “substanciados” para que el proceso sea efectivo.    La “substancia” no sería otra cosa que el cumplimiento de los objetivos de la responsabilidad que se está dejando, es decir, irse con “the job done” (el trabajo terminado).
Simplemente creo que poco después de comenzar la nueva empresa hay que tomarse un tiempo para determinar cuáles son aquellos proyectos en los que nos queremos comprometer para desarrollarlos.  Con el compromiso se crea “ownership” (sentirse dueño) del proyecto, y el orgullo de llevarlo a feliz término.  Hacer ésto nos hace ver más allá de nuestras responsabilidades del día a día, que mayormente son una rutina de poco premio.
Una vez detectados ese par de proyectos de mediano o largo plazo, habernos comprometidos con nosotros mismos para sacarlos adelante, consultado con nuestros supervisores sobre lo adecuado de los mismos, y finalmente hacer un plan en el cual todos los involucrados ganan algo, es tiempo de trabajar en ellos hasta verlos terminados.  A veces el legado más pequeño es suficiente para mostrar competencia, ganar una buena impresión, eliminar un gran futuro problema, o simplemente para llenar un par de líneas del CV.
Todos lo hemos hecho alguna vez en temas de trabajo o de cualquier otra empresa humana, pero estoy convencido que entrar y salir sin dejar un legado nos devalúa.  En este tema en particular, nos abarata como profesionales.
Vamos, que hay que ser como el buen torero que sale a cortar orejas en cada toro, bueno o malo.  No nos conformemos con dejar simplemente una buena faena porque aunque un objetivo es más sublime que el otro... el peligro del toro es el mismo! 
Sinceramente,
Alberto juan.

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